Freitag, 12. Februar 2010

EX

Vengo de los Carnavales, de conversaciones con mi amiga Majo. Las mujeres tenemos el don de hablar de cualquier cosa, a cualquier profundidad y en cualquier sitio, así que de buenas a primeras nos vimos hablando de las relaciones pasadas a grito pelado en la cola de un bar.

Cada vez que alguien te habla de alguna relación del pasado (y a los 30 suele haber alguna que otra más), dicen eso de que: “Pero es que mi ex... Tú no sabes. Fue muy duro”. Poco a poco, tras conversaciones con chicos y chicas, o con hombres y mujeres (que ya estamos más maduritos...) te das cuenta de que TODOS, absolutamente todos, tenemos algún ex que nos ha dejado huella. Y si miramos un poco detenidamente, la huella fue de dolor, de tristeza, a veces nos dejó rabia o seguimos suspirando por él. En resumen, algo falta. Si aún hoy hablamos de él/ella, significa que todavía ocupa un lugar importante en nuestro día a día.

Y yo me pregunto: “¿Cuándo va a dejar de ser un ex? ¿Sabe él/ella la importancia que tuvo o que aún tiene en nuestra vida? ¿Hasta cuándo vamos a seguir recordándole con tristeza?”

Si miro atrás y pienso en ellos, en esos chicos con los que compartí más o menos tiempo, unas u otras experiencias... No consigo encontrar ni odio, ni dolor, ni tristeza. En realidad, y sin que suene esto a libro de autoayuda, siento agradecimiento. Me encanta haberlos tenido en mi vida, me encanta que al hablar del pasado aparezcan en distintos momentos del relato. Si no hubieran tenido su papel en esta película, si no hubieran actuado, no estarían allí, no existirían en mi historia. Y siento que, me guste o no, fueron todos ellos piedritas en el camino hasta ser lo que soy hoy, y como espero y deseo haber aprendido algo sobre ellos, sobre mí y sobre las relaciones (y yo en ellas), pues no puedo pensar más que qué suerte que estuvieron y aún están ahí.

Y aunque no todo lo vivido fue siempre fácil, cuando los nombro, en realidad, los honro.

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