Donnerstag, 4. März 2010

¡Quiero ligar!

Escribo esta semana dos posts, porque la verdad es que en las últimas semanas de tanto viaje y de hablar con gente de muchos sitios he escuchado de todo. De repente parece que todos mis amigos, sobre todo los que ya pasan los 30 y, además tienen pareja, no paran de repetirme esta frase. ¡Me apetece ligar! Ellos no lo saben, ¡pero yo la oigo cada día, y suele ser siempre de alguien diferente!
Así que me pregunté primero: ¿Pero qué significa “ligar”? ¿Hasta dónde llega uno “ligando”? ¿Es hablar, coquetear, mover las pestañas mucho para llamar la atención del otro, fanfarronear de lo geniales que somos, o implica más? La cosa es que no sólo he oído esta frase bastante a menudo últimamente, sino que he intentado despertar el debate con ella, porque la situación me llamaba la atención.
Unos la llaman “midlife crisis”, otros, los españoles, la “crisis de los 40”. ¿¿Pero es que la pubertad nos alborota, no salimos de la adolescencia complicada para pasar por la juventud eterna y meternos en la crisis de los 40 ya a los 30 o qué?? Pues estamos apañados.
Luego está la teoría de que “son las hormonas, es que los hombres lo necesitamos más”. Creo que la base biológica podría explicar muchas cosas, es cierto, pero no sé yo si lo explica todo... ¿Y las mujeres no sienten esa llamada de la naturaleza, “hemos nacido para ser mamás” o nuestras hormonas no funcionan así? No sé, la verdad. Me parecen todas respuesta un poco superficiales.
Lo único que sí he podido observar en muchos casos es una falta de confirmación externa, de saber que aún “estás en el mercado”, que aún eres interesante para el otro sexo, además de una cierta infelicidad con la pareja o una cierta tristeza cuando uno recuerda tiempos pasados, entre otros factores para lanzarse al mundo “a ligar”.
Me sentía a un tiempo curiosa y triste cada vez que oía esta frase. Curiosa por saber por qué, triste porque me sentía parte de un secreto que no quería saber, que prefería ignorar de alguna forma. Pero es que en mi caso, eso de ganas de ligar, ligar... Más bien han disminuido, y creo que por aburrimiento. Después de un tiempo ya has oído muchas veces el mismo cuento y te has oído muchas veces contando las mismas historias. Ahora prefiero una buena conversación con un amigo que las boberías pasajeras.

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