Dienstag, 7. Dezember 2010

A lo James Dean


Morir joven es duro, para que el se va, y para todos los que se quedan. Esta semana un conocido chileno murió a los 34 años de una forma trágica, en un crimen pasional al que además no pertenecía. El panorama que ha dejado en la gran familia argentina de Colonia es desolador. Todos de su quinta, todos llegados en algún momento de los veintipico buscando algo mejor en Europa, acabaron juntándose para sentirse en casa, tomar mate juntos y llamarse boludo. Cuando volvía el martes en la bici del piso donde se habían reunido, pensaba en lo que cuesta construir algo y lo rápido que se destruye. Bastan dos tiros bien dirigidos para acabar con 34 años de sueños, trabajo, adaptación, amigos y amores.
Y descubrí un cierto hábito que adopté, más bien inconscientemente, en algún momento de la adolescencia: Vivir cada momento como si fuera el último, no vaya a ser que no haya más, "a lo James Dean”. Aspirando cada segundo, cada conversación, cada amanecer, cada taza de té, cada encuentro, cada clase, siendo consciente de que estoy ahí, de que es real, de que estoy viva. Luego llego a casa agotada -tengo que admitirlo- pero con la consciencia tranquila. El día no pasó por mí, sino yo por él. Viviendo peligrosaconscientemente.
Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora. John Lennon
Ahora: una palabra curiosa para expresar todo un mundo y toda una vida. Ernest Hemingway

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen