Dienstag, 2. März 2010

Diario de cambios

Poco antes de que mi amiga francesa Karin iniciara un viaje alrededor del mundo, me contó que siempre había tenido el sueño de escribir una especie de libro-diario en el que pudiera ir escribiendo lo que le estaba pasando y lo que estaba aprendiendo para dejárselo a sus hijos cuando crecieran. Tal y como yo lo entendí, no se trataba de un mero diario de acontecimientos, sino de experiencias / consejos, y de cómo ella había actuado después y el aprendizaje que había obtenido de ellas.
La idea me gustó: ¡Qué increíble hubiera podido ser tener una serie de relatos de mi madre con los pensamientos que la acompañaban en cada momento y con cómo ella reaccionó! Aunque aún estoy a tiempo de preguntar directamente, creo que los recuerdos sufren un proceso de evolución y se trastocan con el paso del tiempo y nuestra perspectiva actual. Por eso Karin quería cogerlos al vuelo, in situ, y escribirlos, para que no se le escaparan.
Eso fue hace más de 2 años, pero pienso a menudo en ese comentario. No tengo hijos, no sé si los tendré, pero sí tengo experiencias que compartir, y muchas! ;-) Y como a veces los hijos nos vamos pronto de casa y tiramos por sitios y con gente que pueden estar lejos, a veces pienso que me encantaría que supieran por qué hice lo que hice o actué como actué en algunos momentos.
Podría ser genial conocer cómo era tu madre a los 17, 25 ó 32, cuando tenía tu edad, cuando se preguntaba lo mismo que tú, ¿no crees? Aunque sólo sea por curiosidad... Pues creo que luego los hijos, aunque tengamos a los padres muy a mano, a veces no nos atrevemos a preguntar...

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