Freitag, 20. November 2009

Babyshow

Siguiendo con los posts anteriores y hechas las paces con los sueños persecutorios, me dedico ahora a coleccionar fotos de recién nacidos. Cada semana, cuando abro el correo, descubro algún email del tipo: “Menganita, nació ayer, con 50 cm y 3,600 kg. Mirad, qué preciosa”. “Juanito, nos sorprendió de noche, 4kg y 50 cm. Su madre y yo estamos muy contentos”. Seguidos de fotos con bebés de ojitos cerrados y piel sonrosada sostenidos por unas manos amorosas de madre.

Después, al cabo de unos meses, me llega la siguiente invitación: “Te invitamos a un babyshow con brunch el domingo tal y cual. La recién estrenada familia se alegra de verte y compartir contigo los primeros momentos de Juanita y/o Menganito”. Lo siento, soy una antigua católica apostólica, pero en mi tierra se invitaba al bautizo, ¿no?

Anonadada por la colección de nombres y de pesos que tengo que aprenderme, me pregunto cómo acabará todo esto.

Imagino -pues aún no lo soy- que la aventura de ser padre tiene que ser algo único, difícil de describir hasta que uno no pasa por ello. Cada vez más me siento parte de otra clase social, de otro grupo. Entre los amigos, están los que se acuestan derrotados a las 10 después del ritual de ducha, bibe y cuento y no sabes a qué hora será mejor llamarlos y los otros, que andan aún a la búsqueda de algún compañero para tener los deseados bebés. Pero a veces me pregunto: ¿Qué pasa con aquellos que están solteros y no los tienen? ¿Qué pasa con los que llevan muchos años en pareja y tampoco los tienen? ¿Qué pasa con aquellos que quieren uno y no pueden? ¿Qué pasa con aquellos que ya nunca los tendrán? ¿Cómo se siente uno cuando, ya después de unos meses, vas a casa de los amigos el domingo, llega Menganita te coge con su manita del dedito y te dice: “¿Ta?, ¿Mamá?”

Llegamos por fin a Ikea. Al lado han abierto una nueva nave industrial. Se llama “Babywelt” o “Babyworld”. Quizás encuentre aquí el regalito para el Babyshow de Juanito.

1 Kommentar:

  1. Pues con tantos enanitos, a ver si alguna vez te animas a ver a mis dos gamberretes, encantadores por cierto ja,ja y tomamos un té o algo de leche condensada... no hace falta que lleves regalos, tu sola presencia me encantará

    Si yo el no J... ya sabes quien soy verdad?

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