Donnerstag, 17. Juni 2010

Buscando claves

Esta semana se ha cubierto mi récord: 3 parejas de amigos que terminan su relación. Perfil: treintañero o a punto de serlo, desde hace más de 1 año en la relación, desengañado de la persona y decepcionado de las relaciones en general. Y a mí que me da pena oírles, pero sé que saldrán adelante. Mi espíritu empático se une a mi espíritu investigador e intento buscarle causas a esta casi eterna desilusión del compañero sentimental. Estos 3 amigos, ni son los primeros, ni son los últimos, pero percibo un descontento general cuando la gente empieza a hablar de sus parejas, y la verdad es que no sé a qué se debe.
Decía un libro que encontré por casualidad, que los nacidos entre 1971 y 1984 pertenecen a una generación que tiene una visión diferente del matrimonio, la estructura familiar y la configuración social, donde el tema dominante es la cooperación y no la jerarquía. Es una generación que transformará los roles sociales y sexuales al demandar mayor igualdad.
Está claro que esto no parece nada nuevo: el ejemplo de mayo del '68, por ejemplo, es una muestra de esos momentos históricos en los que un grupo generacional se separa de los anteriores demandando cambios en algún sentido. Pero creo que en esto último está la diferencia: mi generación no demanda, sino que experimenta. Tengo la sensación de que se ha abierto una brecha entre nuestros abuelos y nuestros padres, y aunque soñamos con los estrechos lazos familiares que unieron a la gente antes y después de la guerra, de alguna forma no nos damos por satisfechos con ellos, y establecemos nuevos parámetros que también son nuevos para nosotros.
Esta generación mira de frente a la verdad emocional de sus relaciones sin acobardarse, en su búsqueda por mantener relaciones sentimentales libres de sentimentalismo, conservadurismo e hipocresía. A esto se le unen la falta de un “pizco” de paciencia con los defectos de los otros y un idealizado deseo de amor incondicional y el resultado es un no pequeño rebaño de “medio jóvenes, medio adultos” que se pasea por ahí buscando a su media naranja, aunque sin creer mucho en ella.

1 Kommentar:

  1. Creo que, a veces, con la excusa de la libertad sexual, dejamos de esforzarnos por construir una relación. Si la cosa no va bien, lo solucionamos cambiando de partenaire. Que para eso está "el mar lleno de peces". ¡Cuántas veces habré oído esa frase!

    Además de una generación revolucionaria en lo tocante a las relaciones (no en vano, somos los hijos de mayo'68), también somos una generación poco acostumbrada al sacrificio.

    Un saludo, me encanta tu blog.

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