Samstag, 19. Juni 2010

Mi pequeño Nicolás

El pequeño Nicolás de René Goscinny es el típico personaje atemporal que uno lee de niño y retoma a cualquier otra edad. A mí me encantaba leerlo, y me extrañaba que mi madre también lo leyera (¿Cómo iba yo a leer los libros de los mayores o ellos los nuestros?).
Y en este personaje pienso siempre cuando estoy con mi amigo Nicolás, que no por casualidad es también francés. Y como me da pena que algunos sean venerados después de haber pasado por esta vida, pues aprovecho este blog para hablar de esa gente fantástica que me voy encontrando.
Nico es pequeño, flaco, rápido, atento y chistoso. Habla español como si fuera su segunda lengua, alemán e inglés con deje francófono, va en Vespa por Colonia y tiene muchos amigos. No sé qué edad tiene, ni lo sabré nunca, pues él mantiene un cierto halo de misterio respecto al momento en el que nació. Pero en este detalle reside su gran fortaleza: es un tipo “atemporal”. Desde que lo conozco, hace ya 6 años, supe que era mayor que yo, pero nunca supe descifrar cuánto. En cualquier caso, siempre ha sido capaz de cambiar de registro y adaptarse a la situación con una capacidad digna de imitar. Con Nico puedes hablar de todo, y de cualquier forma: a veces son confesiones no muy divertidas; otras, la mayoría, no puedes parar de reír cuando él está frente a ti. El otro día me decía una amiga común: “Es que Nico está siempre de buen humor. Es muy fácil estar con él”. A veces, por sus ocurrencias, parece un niño chico. Otras, utiliza su agudo sentido común para aconsejarte según una perspectiva madura que tú nunca hubieras tenido en cuenta.
Ser atemporal no es fácil. Para él supone reírse de cualquier cosa, sobre todo de sí mismo (¡Y de mí! ;-) ), no criticar, pues si la gente actúa como lo hace, será porque alguna razón tiene para ello; hacer deporte, para que el tiempo no le desgaste tanto y los músculos sean como los de antaño; mirar a un niño como si él fuera otro e ir por la vida sin complejos: a todas las edades se puede bailar, decir tonterías y hablar de la Bolsa, si es que hace falta.
20-32-45...: ¡Qué más da! No es cierto que cada año de vida en esta Tierra implique un mayor grado de amargura e inflexibilidad.
¿Conoces también a otras personas “atemporales”?

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen